Me muevo en este desierto en el que si la gente es fría, la vida es un invierno eterno con un solo objetivo:la felicidad.
Soy consciente de que es algo inestable y que su presencia no responde a intensas súplicas, pero si algo sé es que hay personas que merecen disfrutar de ella a diario.
Y ese será mi papel por el momento, un singular proyecto compuesto de llamadas a deshora, de motivos sin razones, de besos furtivos y de sonrisas interminables.
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