Seguidores

lunes, 13 de diciembre de 2010

Asalto nocturno.

Fue en una de esas noches fúnebres de invierno, cuando tumbada en la cama los recuerdos se abalanzaron sobre mí como si de un vendaval se tratase.


No puede evitarlos, esta vez ya no pude. Se apoderaron de cada uno de los recónditos lugares de mi mente y empezaron a abrumarme. Mi cuerpo necesitaba descansar puesto que el día había sido intenso pero mi cabeza parecía no mostrar ningún tipo de fatiga. Uno detrás de otro, se posicionaron ante mí. Sentía angustia, nostalgia e incluso dolor. Me había prometido no pensar, no recordar. Necesitaba una época tranquila, un periodo para dejar pasar el tiempo. Pero esa noche no pude controlar la situación. 

2 comentarios:

Miranda J. Bonhome dijo...

Me siento tan asi que la estoy pasando pésimo. Pensé mi mente anesteciar!

Fabio Dacosta dijo...

Intentar controlar los recuerdos es como tratar de mantener el tiempo encerrado en una botella. Ánimo, lidiar con el pasado ayuda a comprender el presente.