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miércoles, 13 de abril de 2011

Date cuenta.

Tengo devoción por las cosas raras e inusuales, por la gente poco común, por los detalles que a primera vista resultan insignificantes, amante de lo imperfecto.

Y como es de esperar, aborrezco completamente todo lo contrario a lo mencionado anteriormente. Detesto que me traten como al resto, que me hagan sentir una más, que se limiten a hablar de más y no sean capaces de descifrar lo que esconden mis silencios. Y sobre todo, que no sean conscientes que la repetición de palabras es algo bastante tedioso.




Quiéreme así, sin más motivo ni razón que este fugaz sentimiento.

5 comentarios:

Eugenia. dijo...

Muy lindo, me gusta tu blog :) te sigo y te espero por el mio http://DDulceobsecion.blogspot.com/

Besos♥

un par de lacasittos dijo...

Lo normal no siempre es lo mejor.

un besitto!=)

Fabio Dacosta dijo...

Todos somos diferentes, de eso no hay duda. Pero, aún así, hay gente que es extraordinaria. Alguien que destaca por algo bueno.

No todos tenemos esa característica, pero seguro que sí tenemos algo que nos diferencia del resto de la humanidad, algo bueno. Sacarlo a relucir y entregarlo es lo que nos hace ser queridos.

Yo reconozco que amo la "perfección" (lo pongo entre comillas porque es algo imposible) en ciertos aspectos, como en las matemáticas o tener mis cosas ordenadas... pero soy de los que prefiere aprender a querer con los defectos por delante.

Un abrazo!

Fabio Dacosta dijo...

Todos somos diferentes, de eso no hay duda. Pero, aún así, hay gente que es extraordinaria. Alguien que destaca por algo bueno.

No todos tenemos esa característica, pero seguro que sí tenemos algo que nos diferencia del resto de la humanidad, algo bueno. Sacarlo a relucir y entregarlo es lo que nos hace ser queridos.

Yo reconozco que amo la "perfección" (lo pongo entre comillas porque es algo imposible) en ciertos aspectos, como en las matemáticas o tener mis cosas ordenadas... pero soy de los que prefiere aprender a querer con los defectos por delante.

Un abrazo!

Fabio Dacosta dijo...

Todos somos diferentes, de eso no hay duda. Pero, aún así, hay gente que es extraordinaria. Alguien que destaca por algo bueno.

No todos tenemos esa característica, pero seguro que sí tenemos algo que nos diferencia del resto de la humanidad, algo bueno. Sacarlo a relucir y entregarlo es lo que nos hace ser queridos.

Yo reconozco que amo la "perfección" (lo pongo entre comillas porque es algo imposible) en ciertos aspectos, como en las matemáticas o tener mis cosas ordenadas... pero soy de los que prefiere aprender a querer con los defectos por delante.

Un abrazo!